Con desesperarnos no sacamos nada, no por mucho madrugar, amanece más temprano, aunque hay veces que si se quisiera que pasara cosas, pero buenas, malucas que se queden quietas, pero es algo sobre lo que no tenemos dominio.
No hay que desesperar, claro que es más fácil decirlo que hacerlo, cuando se desea algo, se quiere que sea de inmediato, que suceda, por que se va sintiendo un sofoco, como si lo que se quiere ahora, no será lo mismo después. Además que las oportunidades no se dan dos veces, y si se dan no es lo mismo, escuchar música desde tan temprano me pone como románticona.