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San Martín de Porres

La vida de este Santo fue muy feliz, pues entre menos tenía o más bajo lo degradaran en trabajo o tratamiento él se sentía más feliz.

A pesar de ser de una familia acaudalada, con un padre en un cargo importante en su época, trabajó de barbero y de sacamuelas. Luego se fue para el monasterio al ver que su madre no lo necesitaba económicamente.

En este lugar se sintió muy contento cuando le ofrecieron el puesto más bajo, menos que el portero.

San Martin de Porres

La escoba era su compañía diaria y él corría de un lado para el otro barriendo aquí y allí. El día que quisieron subirle de puesto él no aceptó. Él quería seguir con su escoba y que con mucho. Él dijo que con mucho gusto hacia el otro trabajo si podía seguir con su escoba.

Le decían Fray escoba y se sentía muy satisfecho con este mote.

Su padre lo quiso retirar del monasterio al darse cuenta de lo mal  y despectivamente que lo trataban, pero al ver la congoja de Martín y que como un buen hijo le obedecía, decidió dejarlo allí y que fuera feliz como se sintiera mejor.

Cada que salía a hacer mercado se le acercaban todos los necesitados y él les daba y la canasta nunca se vaciaba. Para todos había y no se explicaba como sucedía tal prodigio. Cuidaba a los enfermos y los aliviaba, hablaba con los ratones y les daba de comer para que ellos no hicieran daños.

A los 60 años se enfermó y murió, yendo mucha gente a su sepelio. Todos muy tristes pues se le iba su Santo prodigioso.

No tenía idea de que este Santo hiciera tantos milagritos.

En mi negocio lo tengo en estampa, cuadro, novena bulto. Es todo negrito vestido de negro y con una escoba en la mano, rodeado de perritos, gaticos. Le gustaba los animales y se entendía con ellos, al menos les hablaba y le hacían caso.

Me pareció muy bonita la historia y rico saber algo de los santos que me rodean.

Aunque para nada me parece la idea del sacrificio que se gastaban estos santos ahora años. Porque no me imagino a nadie haciendo malabares para vivir en estos tiempos que corren y mucho menos con tanta abnegación.

Parece ser que lo utilizan para cuando se pierde algún animalito.

La gente cree que les hará el milagro de devolverles a sus mascotas perdidas.

La fe te salvará, dicen por ahí que con ella es con la que mueve montañas y a lo mejor el negrito sacude la escoba y como por arte de magia vuelve el perro arrepentido a su casita de nuevo. ¿Quién sabe?

¿Conocías la historia de San Martín de Porres?

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