Liubliana, Eslovenia. Viajando a Venecia segunda parada

El dia jueves viajamos de Verona a Liubliana, Eslovenia, salimos en la mañana y llegamos a medio día a Mestre, ahí tuvimos que esperar tres horas para coger el bus a Eslovenia.

En Mestre caminamos hasta un parque, conociendo un poco la ciudad y sobre todo para hacer tiempo y almorzar en un lugar que no fuera la terminal de tren donde estábamos.

Almorzamos los emparedados que llevamos de fiambre en un parque que estaba muy bonito con un río pequeño, bastante agradable para pasar el rato. Tanto que por poco y nos deja el bus, llegamos justo a tiempo.

Cuando llegamos a Eslovenia, caminamos de la estación de bus al apartamento donde alquilamos una habitación súper cómoda con Airbnb.

Esta vez el anfitrion nos estaba esperando, no como en Verona que ni la cara le vimos al arrendador, algo que no hace falta sino fuera que nos dejo sin Internet los dos dias que estuvimos en su casa y esto para los traviajeros con los que viajo fue un suplicio.

El chico de Eslovenia no habla español, pero con Jaime se entiende perfectamente, asi que todo perfecto. El apartamento pequeño, las habitaciones grandes y todo muy bonito y agradable.

El joven le dio las debidas indicaciones a Jaime de donde encontrar un supermercado y además le avisó de un festival de comida cerca de alli, que solo se daba los viernes en esta época del año y era muy “económico”y lo mejor de todo era que había comida de todo tipo y país.

Pues nos acomodamos y al rato salimos a comer en esta feria. A ver si había algo que nos gustara. Efectivamente por comida no nos podíamos quejar, pues eso habia de todo y para todos los gustos.

Aparte de las comidas hay musica y a los lados asientos, escalinatas y la gente se sienta donde caiga. No hay problema con eso, hasta de pie comen.

Le dimos la vuelta a todos los puestos de comida y nada que nos decidamos hasta que pasamos por un puestico y un chico me ofreció la prueba de algo que me supo rico.

Como unas carnes ahi asándose, asi que Diana y yo pedimos de lo mismo y Jaime se fue a rebuscar algo sin carne.

Pero antes cogió una mesa que habían desocupada, eso estaba ojo avisor, pues toda la gente pendiente de un sitio para sentarse casi se les toca el himno nacional. Nos dejó acomodadas y se fue en busca de su comida.

Todos comimos rico y hasta postre hubo. Como la mesa estaba grande varias parejas se sentaron al lado, pero primero nos preguntaban si se podían sentar con nosotros y yo claro no hay problema, aqui cabemos todos, eso si no les entendía ni papa, pero con sonrisas nos entendíamos todos a la final.

La pasamos bien en medio de ese barullo de idiomas incompresibles, pero no nos sentimos relegados ni nada. Cada quien en su comida o en sus conversaciones en grupitos y animados si se veían todos, con el fondo de una música toda bonita.

Así terminamos la primera noche en Eslovenia, luego te contaré todo lo que hicimos por allí y los lugares tan bonitos que conocimos…