Se adelantó Emily

Emily era esperada para el 20 de diciembre, sin embargo ella decidió llegar antes. Ella decidió que no iba a ser de las que engañan con un solo regalo en diciembre. Avispada si parece que será, aparte de estar encerrada para estas fechas tan alegres, seguro no le pareció buena idea.

Por lo tanto y para que dejaran la especuladera de cuánto pesaba, que si estaba bien, que si completica, se les adelantó antes de que la siguieran viendo en cuarta o tercera dimensión.

Ese cuentico no fue con ella, tanta miradera, tocadera, no la dejaban tranquila, así no es vida y seguro por eso mejor llegó antes y de sorpresa dejando a todos los médicos con los crespos hechos y con ganas de seguirla jeringiando, ya que había varias citas pendientes.

El 19 de noviembre se fue de paseo con los papas para la clínica, con un dolorcito bajo y algo de sangrado. Como los chicos no sabían a qué se debía este malestar pues se fueron para la clínica a ver qué decían y a esperar horas eternas a que los atendieran.

Menos mal que yo estaba ocupada con otros asuntos que no me dejaron salir de una, pues las clínicas y todo lo que huela a medicina, me deprime, pero si estuve al tanto de todo el proceso lento y cruel, me pareció.

Pues fueron dos días pariendo a poquitos, en donde no le permitan estar con el futuro papá, solo cada tres horas 5 minuticos. Algo que fue como una tortura psicológica para ambos, ya que la incertidumbre y la zozobra fue la compañera de ambos esos días.

Cada rato me llamaba mi hijo y me decía que ya casi, que le faltaba poco, que estaba dilatando, que la tenían en monitoreo, que la tenían que dejar tres días en observación, que de ahí no la dejaban salir hasta que no diera a luz. Mejor dicho era para volverse locos con tanta incertidumbre.

Y lo que más me preocupaba era que dos días y la futura mamá dizque no podía comer nada. Entonces con qué fuerzas iba a pujar cuando llegara el momento, ya la veía toda desnutrida y desalentada, pero al parecer les interesaba tenerla viva, pues al cabo de dos largos días coronó y Emily salió victoriosa, toda chiquitica ella, parece una muñequita.

Luego de salir del cascaron, la dejaron otro día más en observación. El domingo la dejaron irse para la casa, luego de que recuperara algo de lo que le faltaba al nacer, pero por lo menos no tuvo que pasar por la incubadora, así que todo perfecto.

Cada que me llamaba mi hijo para decirme cómo estaban era con la letanía de que fuera, y yo sacando el bulto por todo lo que tenia pendiente en casa con la remodelación, pues no me podía mover hasta que no terminaran el trabajo que se estaba haciendo en  la casa.

Pero en una de esas como coloca el teléfono en altavoz, oí que Emily me llamaba, por lo tanto al otro día dejé todo arreglado para que pintaran y me dije que podía ir un momento, no fuera a ser que cuando me viera la bebe, no me reconociera.

Al lunes armé viaje y mi otro hijo dijo que también quería ir, pues ya éramos dos lo que nos fuimos de pinta y los dos negocio cerrados, todos pinchoretos.

Llegamos y solo fue ver a la bebe tan chiquitita, toda una monería, se reía conmigo, creo que le caí bien, fue una experiencia única ver esa cosita tan linda.

Y ahí va rozagante y sin problemas, a los 8 días se le cayó el ombligo, creo que en pocos días estará ya con su peso ideal y lista para su primer viaje a conocer a su abuelo 😉