Es alarmante la cantidad de niñas embarazadas que hay en este momento, creo que muchas sin desearlo, otras por que han sido violadas, algunas pocas creyendo que con un hijo retienen al novio.
Pobres ilusas las que creen que con un niño retienen a alguien al lado. Al contrario los hombres quieren pasarla rico y no tener obligaciones con nadie, contados son los que aceptan un embarazo con agrado y responden, casi siempre se queda la muchacha con su hijo, sola, abandonada y amargada.
Aparte de tenerse que aguantar la cantaleta de sus padres, familiares y amigos, si tiene unos padres bien estrictos chapados a la antigua, que tortura, muchos son tan ignorantes que echan a sus hijas a la calle, sin importarles como se las arreglen solas.
Si quedan embarazadas por medio de una violación, se puede uno imaginar la tristeza y el desencanto para estas pobres criaturas, que se ven en la encrucijada de tener un hijo sin pedirlo ni desearlo y si deciden no tenerlo, el riesgo que corren con los abortos y el cargo de conciencia de quitarle la vida a un inocente que tampoco pidió ser concebido.
Pocas son las parejas que se detienen a pensar en el momento adecuado para traer niños a este mundo, que dialogan entre ellos y sopesan todas las circunstancias económicas y sicológicas, por que no sólo el dinero es importante en el momento de pensar en un hijo, hay que estar preparados anímicamente también.
Hay muchos niños que los padres les dan todo lo que quieren, pero no lo más importante que es el amor y dedicarles tiempo para estar con ellos, estos niños se levantan solos, con las empleadas, a sus padres los ven de vez en cuando, no con la frecuencias que quisieran, por eso hay tantos niños resentidos contra el mundo.