Parece ser que nadie, y yo menos que nadie, se enteró de qué y para qué eran las tales elecciones del domingo 30 de septiembre. Lo único que pude percibir fue un derroche de dinero, no me explico en mano de quien estamos que hacen está clase de despilfaron con el erario público, porque desafortunadamente como que todo sale del bolsillo del pueblo y vaya uno a quejarse y verá que para todo tienen ellos en la punta de la lengua las razones para hacer cualquier cantidad de barrabasadas.
Encima de que ni siquiera estábamos medio informados, llegan con una cantidad de prohibiciones estúpidas como la Ley seca, prohibir la circulación de motos en la ciudad, parecen como caídos del zarzo ¿En que cabeza loca cabe tanta idiotez junta?
El caso es que afortunadamente aquí en mi pueblo como que no le comieron cuento a las órdenes que llegaban de la capital. Me imagino, porque no hubo Ley seca y estuvimos parrandeando bien rico y el domingo la gente trabajó normal en sus motos, aunque no faltó el despistado y con ganas de dinero que paraba una que otra moto por ahí, para hacersen los interesantes y que estaban trabajando, pero nadie comio cuento y la vida siguio como si nada. Las tales elecciones pasaron sin pena ni gloria, sólo quedó el mal sabor de boca que se gastaron miles de millones de pesos en una papelería que luego se la tuvieron que meter por donde no le cabía.
Creo que por eso tembló ayer, una forma de protestar la naturaleza por los desmanes de los mortales, a ver si sacudiéndonos un poquito dejamos de ser tan petardos y le ponemos cuidado a las cosas que en realidad son importantes.