Si las personas supieramos el daño que podemos hacer cuando cometemos una infidelidad, nos cuidariamos mucho de cometerla, o al menos de dejarnos pillar, aunque bien dicen que «entre cielo y tierra no hay nada oculto», pues todo siempre termina por saberse.
En este momento hay una amiga que esta pasando por este amargo trance, y la vida le cambió drásticamente, una cosa es que le cuenten a uno algo y otra es ver a la persona en pleno romance. A ella le paso que vió a su marido con una persona que era como de la familia, por eso le dió tan duro, aunque eso es dificil con la persona que sea.
Lo malo de estas cosas es que se involucra sin querer toda la familia, en el caso de ella como viven con una hija, ella es la más afectada ya que esta en medio de los dos, sin saber a quien apoyar y darle la razón, se supone que la mamá es la que tiene todo el derecho de estar enojada y haber echado a su papá de la casa, sin embargo no deja de ser hija de este señor que aunque se porte mal no deja de ser su padre, ahi es donde se pone la vida maluca, por que aunque se perdone, no se olvida, ella viene y me pide consejo a mi, y yo le digo que hasta que no le pague con la misma moneda, no se le va a quitar la espinita que queda por dentro, y que si no lo puede perdonar y tratar de olvidar lo sucedido, lo mejor es que se separen, por que para vivir maluco tiempo sobra.
La vida es muy corta como para vivirla amargada y recordando el pasado, aunque ya nada vuelve a hacer como antes, por más que se intente siempre queda el gusanito de la duda en medio, tendrá que pasar mucho tiempo antes de que el dolor se amaine un poco. Pero al mal tiempo, buena cara y hay que seguir adelante, con marido o sin él.
Y si se va a sufrir mucho, pues tratar de ver el lado amable de la vida y no centrar todo el universo en un hombre, al fin y al cabo nada es eterno en el mundo y el amor tambien se acaba. A veces todos tenemos algún tropiezo, y si se reconoce a tiempo se puede perdonar, pero si el amor se acaba, para que insistir.