Resulta que un domingo cualquiera él llevó el chocolate y lo dej÷o en el nochero. Era muy de mañana, yo estaba dormida pero sentí cuando entró y luego cuando salió. Abrí los ojos y vi el chocolate con pan al lado y me dije: «qué milagro que me traen el desayuno a la cama ¿Será alguna fecha especial? Pues no se, no me acuerdo, pero era todo un detalle…. El caso es que me tome el chocolate y el pan y seguí durmiendo como si nada. Al ratico entró él buscando su desayuno, cuando vio vacío el plato me preguntó «¿Qué se hizo mi desayuno?«,y yo le pregunto: «¿Cómo así, no era para mi?», y me dice: «No, lo deje reposando un poquito mientras iba a la esquina»…. «ah, pues de malas. No sabía que no era para mi. Pensé que estábamos celebrando una fecha especial y me estaba consintiendo«… Jajaajaja, que risa la que le dio luego de ver desaparecido su desayuno y encima yo creyéndome tan bién atendida, Que ilusa…
Cuando se lo contamos a la gente, es una anécdota muy chistosa y la hija siempre me pregunta: «¿No le han vuelto a llevar el desayuno a la cama?» jajajaja, me parece que ni en sueños.