Pero al fin, España obtuvo su gol tan anhelado, se volvió a salvar el pulpo que predijo que España quedaria campeón, el que va para la olla es el lorito, que no atinó. Me pareció muy chistoso el árbitro, se parecia a Mockus, dando cátedra de cómo tratar bien a sus compañeros, le costó un gran esfuerzo sacar tarjeta roja, como que no tenía sino una.
Fué emocionante ver como de felicidad tambien se llora, lloran porque pierden, lloran porque ganan, el caso es limpiar los ojos, por lo menos en estos partidos nos damos cuenta que las mujeres no somos las únicas chillonas, nos ganan con ventaja estos hombrones, machotes y sensibles, bien por ellos.