Al que no quiere una taza, le dan dos

En estos días hablando con varias amigas, nos acordábamos cuando deciamos que esto o aquello no nos gustaría hacer o que nos pasara. En mi caso yo decia y juraba que no quería tener más niños, que solo me quedarìa con la niña, pero como el que no quiere una taza de caldo le dan dos, ahi me llegaron dos seguiditos, como tampoco los hubiera querido, me parecia de lo más complicado lidiar con dos criaturas al mismo tiempo, asi me tocó, probar de lo que no creía capas de hacer o lidiar, viendolo bien tampoco fué tan tremendo, muchas veces es más el miedo a lo desconocido, pero cuando toca, se amolda a las situaciones.

Otra de las amigas quería tener más de un bebé, pero con el primero quedó curada y no quiso volver a saber de la maternidad. Otra decía que ella jamás le cuidaria los nietos a sus hijos, que cada uno vería, pues ahi está con sus nietos, cada uno tuvo un hijo,y ella es la que se encarta con ellos, mientras estan trabajando en otra ciudad.

Así por el estilo hay cantidad de ejemplos de cosas que uno dice y habla, pero que a la postre no son más que bobadas, por que llegado el caso, se reacciona de manera muy diferente a como se decia cuando nos han pasado las cosas. Con esto llegué a la conclusión de que no hay que hablar de más, dejar que lo que tenga que pasar pase y ahi sí ver que se puede hacer. Muchas veces lo que uno no desea, es lo que más fácil puede pasar, es como si se llamara con la intención, será mejor no pensar ni desear y tomar de la mejor manera lo que nos llegue.